“Para abrir nuevos caminos, hay que inventar, experimentar, crecer, correr riesgos, romper las reglas, equivocarse… y divertirse.” Esta frase de Mary Lou Cook (oradora motivacional, pacifista, educadora y escritora estadounidense) describe mejor que nadie el espíritu de Creactivity, un espacio cuyo objetivo es fomentar el conocimiento científico y el pensamiento crítico a través de la creatividad y la práctica. Son los propios niños y niñas quienes deciden cómo quieren desarrollar la actividad, en qué temas quieren investigar o crear, con el acompañamiento de monitores (facilitadores).
Desde enero de 2016, CosmoCaixa cuenta con Creactivity, una sala permanente diseñada casi en su totalidad por Lacol (espacio, mobiliario, experiencias de juego, etc.). El espacio se divide en cinco áreas temáticas muy marcadas, que abordan distintos campos de la ciencia o el arte: mecánica, aerodinámica, electricidad, luz/sombra y cine.
Prototipos: Para entender el funcionamiento de la actividad y comprobar la eficacia de los diseños, en Lacol fabricamos un prototipo a escala real de cada uno de los módulos de la sala, que se testaron con grupos de niños y niñas, simulando las condiciones reales del Creactivity.
Para esta fase del proyecto contamos con el asesoramiento pedagógico de Gest Lúdic L’Obrador, que aportó su experiencia tanto en el desarrollo de prototipos como en la propia dinámica de la actividad. También trabajamos estrechamente con el equipo de monitores del centro, que, además de los niños, son usuarios y facilitadores del espacio.
Fue necesario también desarrollar prototipos para el almacenamiento del material fungible. Su correcta disposición resulta clave para el buen funcionamiento de la actividad, ya que los niños deben encontrar fácilmente lo que necesitan para llevar a cabo sus diseños, y poder recogerlo de manera sencilla al finalizar. Diseñamos así un carro compuesto por una estructura metálica con módulos de almacenaje intercambiables según las exigencias de cada actividad.
La Sala: Creactivity ocupa el espacio de la antigua sala Flash, diseñada en los años 90 por Mariscal, hoy obsoleta para el tipo de actividad y el funcionamiento actual del museo.
La primera decisión fue abrir el espacio, retirando todos los revestimientos existentes para ganar el máximo volumen y amplitud. Así, los propios niños pueden ubicarse fácilmente e identificar las distintas actividades de un solo vistazo. También se recuperaron los cerramientos de vidrio (antes tapados), haciendo visible la actividad interior y reforzando la voluntad de mostrar y compartir la metodología pedagógica con el resto del museo. El diseño se aleja desde el principio de una estética infantil y se inspira en los talleres: elementos mecánicos simples, uniones vistas y materiales duraderos sin revestimientos.
El acceso a la sala se hace a través de un vestíbulo, donde un texto explicativo da la bienvenida y un vinilo en las puertas de vidrio ya anuncia que “a partir de aquí se piensa con las manos”. Nos gusta entender este vestíbulo como un momento de cambio de actitud, el punto donde los niños y niñas pasan a ser responsables de sus decisiones.
El interior de la sala se divide en las cinco temáticas, que organizan cinco espacios: mecánica, aerodinámica, electricidad, luz/sombra y cine (stopmotion). Dos grandes vigas colgantes y la iluminación lineal del techo estructuran tres de estos espacios sin necesidad de cerramientos verticales.
Cada temática se desarrolla en un ambiente propio, con materiales adecuados a la actividad que se realiza.
En las áreas de mecánica y aerodinámica predominan los acabados en contrachapado de abedul y chapa metálica roja. Todo sigue una lógica constructiva basada en piezas roscadas y desmontables, tanto en paramentos verticales como en el mobiliario.
El área eléctrica marca un cambio cromático: mesas oscuras que mejoran la visibilidad de piezas pequeñas, iluminación puntual para el trabajo de precisión, y el característico verde del cableado que da identidad a este rincón final de la sala.
Los espacios más artísticos —sombras y stopmotion— se han tratado como una unidad: tonalidades oscuras y neutras, paneles acústicos y una iluminación pensada para que la luz de los juegos y las pantallas interactivos sea la auténtica protagonista. Desde Lacol también desarrollamos el interactivo de stopmotion, con el asesoramiento y la programación de Fabio Alvino.
Todo el espacio se ve reforzado visualmente con la intervención gráfica de nuestro amigo Iván Bravo, autor de todos los elementos gráficos (pavimento, ilustraciones murales, señalética, stopmotion…). Un diseño gráfico pensado para motivar y facilitar la comprensión de la actividad.
La iluminación fue diseñada con el apoyo de Laura Clos, que nos ayudó a convertir este espacio en un entorno óptimo y dinámico para las actividades programadas.