Proyecto ganador del concurso de 12 viviendas de protección oficial en la calle Ramón Berenguer de Granollers. El concurso se realizó en 2020 y se resolvió en 2021. Lacol ganó con la propuesta “Más de 12”:
En un momento en que muchas personas tienen graves dificultades para acceder a una vivienda, vemos imprescindible agotar la edificabilidad para construir el máximo de viviendas sociales para Granollers. Proponemos unas viviendas que van más allá de suministrar una superficie habitable. Queremos que el edificio sea un cohesionador social, que evite situaciones de pobreza energética y que apueste por otros modelos de movilidad alternativos.
Queremos dar más a los usuarios, para también poder recibir más, con una mayor corresponsabilidad que mejore su funcionamiento y gestión. Recuperar cierta “vida de pueblo”, cuando sabíamos compartir momentos cotidianos de la vida. En un momento donde la idea de familia como núcleo íntimo de apoyo se diluye, y emergen problemas de aislamiento y soledad, necesitamos construir otros apoyos. Destinamos el espacio más privilegiado del edificio, la cubierta, para dotarlo de nuevas infraestructuras comunitarias, para vidas más sostenibles.
En viviendas sociales, con usuarios de bajos ingresos, resulta especialmente importante conseguir gastos energéticos muy ajustados. Diseñamos un edificio con una demanda de energía casi nula gracias a estrategias de bioclimatismo y lo cubrimos con una aportación importante de energía renovable fotovoltaica y geotermia, sin ningún coste final para los usuarios. Preveemos llegar a un confort óptimo con sólo 35 € mensuales.
En la calle buscamos una fachada muy urbana, amable, que minimiza aperturas al ser orientación norte y cede el protagonismo a la escalera, que divide el edificio en dos partes y permite conectar visualmente la calle con los accesos a las viviendas. Para preservar la intimidad de las viviendas de planta baja se realiza una fachada más profunda que permite colocar vegetación. En la fachada interior se busca la conexión con el exterior, con grandes aperturas y amplias terrazas y jardines.
Conseguimos realizar las 12 viviendas y que todas tengan una superficie computable superior a 60 m² gracias a un núcleo vertical reducido. Apostamos por destinar la cubierta a espacios comunitarios, en lugar de sobreáticos que hagan las viviendas más grandes en la planta superior. Repercutiendo estos espacios comunitarios en las viviendas, obtenemos una superficie media de vivienda de 79 m². Si hablamos de disponibilidad de uso, estamos consiguiendo que cada vivienda disponga de 190 m². Repetimos las cuatro plantas piso iguales, con 3 viviendas por planta, que se complementan con los espacios comunes y comunitarios del sótano y la cubierta. Intensificamos así el uso de la escalera, que conseguimos que quede abierta en todas las plantas.
Recuperamos la cubierta para un uso más colectivo y para disfrutar del sol y el cielo. Por un lado, trasladamos el ciclo de lavado de la ropa con el espacio de tender colectivo y la lavandería, que dispondrá de una aplicación para reservarla. Por otro, generamos un espacio polivalente vinculado a una gran terraza orientada al sur. Espacio para diversos usos: espacio de juego para los niños, celebraciones, descanso, huerto urbano…
Fijamos un orden muy claro a partir de la estructura muraria de madera. Dividimos las plantas en cuatro franjas iguales paralelas a la fachada y las subdividimos según sus necesidades en 3, 4, 5 o 7 espacios que acaban de articular el edificio y las dos tipologías, una va de fachada a fachada, con dos habitaciones, ubicada en los medianeros y una tipología más pequeña en el centro, con una habitación, y que consigue ser pasante gracias a la escalera semi-exterior. Todas las tipologías disponen de un recibidor de acceso para dar privacidad y un conjunto de estancias concatenadas que buscan ampliar las visuales y que todos los espacios de paso tengan programa. Todas las estancias a fachada disponen de un espacio exterior propio.
Flexibilidad e igualdad de género: La vocación de crear un edificio inclusivo, que rompa los roles tradicionales y genere nuevas dinámicas domésticas, nos lleva a trabajar en las tres escalas del edificio. 1) se diseñan unas circulaciones sin retranqueos y abiertas al espacio público, que dan seguridad. 2) los espacios comunitarios de la cubierta permiten mejores condiciones en dos aspectos fundamentales de las tareas domésticas como son el ciclo de la ropa y la crianza de los niños. 3) en el ámbito más privado, las viviendas tienen una estructura desjerarquizada en cuanto a las habitaciones y a las tareas reproductivas, sin subordinación a otros usos. La cocina en el centro toma la máxima visibilidad y relación con el comedor, la sala y los espacios exteriores, pasando a ser el espacio que articula todos los usos. Se presta mucha atención a dotar las viviendas de unos espacios generosos de almacenamiento: los trasteros, un espacio específico en cada vivienda y un distribuidor amplio.