Proyecto para el concurso público de solares municipales destinados a vivienda cooperativa en cesión de uso. La propuesta se realizó conjuntamente con la cooperativa Arqbag y con la Fundación La Dinamo para la asociación Coop de Falç de futuros usuarios cooperativistas.
“Aquí no deberia construirse!” hasta que no se cubra la Ronda. Los estudios de Jordi Sunyer sobre los efectos de la contaminación en los estudiantes de las escuelas cercanas a la Ronda son alarmantes, a lo que se suma el nivel de ruido, con picos superiores a los 80 dB. ¿Cómo intervenimos?
Implantación saludable. La estrategia pasa por protegernos de la Ronda y abrir todo el edificio al parque de Joan Reventós, que cuenta con buena orientación, buenas vistas y vientos ascendentes de levante filtrados por la vegetación existente. Construimos un único volumen compacto con patios interiores para lograr ventilaciones cruzadas sin abrirnos a la Ronda, y una fachada de tierra muy maciza, absorbente y aislante acústica orientada hacia el vial. Evitar el ruido y garantizar la calidad del aire son objetivos imprescindibles.
Elevamos la planta baja al máximo permitido para minimizar el movimiento de tierras, alejarnos un poco más de la Ronda y conseguir la mayor insolación posible en invierno. Queremos ser un edificio del parque —el primero que se abre a él— diluyendo nuestro límite y aprovechando la fuerte pendiente, sin vallas.
Encaje del programa comunitario. Obtenemos un buen aprovechamiento del solar para conseguir el mayor número de viviendas y hacer la promoción más asequible. El resultado: quince viviendas que se reparten de forma equitativa la mejor orientación.
Se han situado todas las circulaciones y los espacios comunitarios en los lugares más privilegiados, ya que entendemos que, en un edificio cooperativo, estos son los elementos fundamentales de la vida en comunidad. Espacios donde encontrarse y realizar actividades cotidianas conjuntamente. El punto clave de la circulación es el acceso al edificio, que se produce desde la planta inferior mediante una gran terraza en contacto con el parque. A esta terraza se puede llegar por rampa desde la calle o por un acceso desde el parque, que se convertirá en la entrada principal. En el resto de plantas, el núcleo vertical y los accesos mediante pasarelas disfrutan de las mejores vistas al parque y a la ciudad.
Los espacios comunitarios, definidos por los futuros usuarios, se distribuyen en varias plantas conectando el edificio en sección. El espacio principal se ubica junto a la terraza de acceso, como una ampliación del vestíbulo, muy relacionado con los espacios exteriores. La azotea equipada albergará la lavandería dentro del invernadero —¡será un espacio muy agradable en invierno!—. En medio, en planta baja, se sitúan el espacio estático y la habitación colectiva, que requieren mayor confort climático.
Las viviendas se distribuyen sobre una malla indiferenciada que se repite en las cuatro plantas habitadas. Esta malla incluye cuatro viviendas base de 42 m² por planta y varios espacios comunes de uso privativo que permiten múltiples combinaciones a lo largo del tiempo según las necesidades. A cada vivienda se accede por una galería compartida que genera un gradiente de transición desde las estancias más públicas hasta las más privadas.
Estrategia bioclimática. Apostamos firmemente por mecanismos y estrategias bioclimáticas recuperadas de la tradición arquitectónica de nuestro clima, como las galerías, los porches, los patios y la masa térmica de la tierra. Planteamos la arquitectura del edificio y sus estrategias con el objetivo de reducir al máximo la demanda energética de los sistemas activos de climatización y confort.
Aprovechamos el patio como artefacto para mejorar el funcionamiento térmico tanto en invierno como en verano, cubriéndolo con un invernadero con ventanas cenitales y toldos de sombreado. En los meses de más calor, permite potenciar las ventilaciones cruzadas, y en invierno funciona como amortiguador térmico. La fachada sureste actúa como un gran captador solar gracias a las galerías y a la inercia activada de los pavimentos, que permite reducir al mínimo el consumo energético. En verano, las galerías se transforman en grandes terrazas que disipan la radiación solar. Con una buena gestión por parte de los usuarios, se puede conseguir un gran confort térmico con el mínimo coste económico, un aspecto clave en vivienda social.
Construcción. Haremos un edificio muy ligero, construido en seco y totalmente desmontable, priorizando materiales biosféricos como la madera contralaminada para la estructura o la tierra compactada para los cerramientos de los núcleos húmedos, mejorando así las condiciones higrotérmicas del aire en las viviendas. La instalación será completamente eléctrica para evitar sistemas de combustión que generen más partículas contaminantes.
Trabajaremos con un sistema centralizado de aerotermia y recuperadores de calor que nos permitirá reducir el consumo en un 70 %.