La Domestika

Situada entre la plaza de la Farga y el Hortet de la Farga, La Domèstika nace de la voluntad de recuperar unas viviendas de 1926 para convertirlas en 6 viviendas de protección oficial en régimen de cooperativa en cesión de uso, acompañadas por La Dinamo Fundació. Originalmente, eran dos parcelas con dos edificios de 3 y 2 viviendas de alturas diferentes que funcionaban por separado y que hoy están fuera de ordenación. Los dos edificios tienen forjados a cotas y profundidades diferentes, pero el mismo sistema constructivo de muros de fábrica y forjados de vigas de acero y bovedilla cerámica. Ahora, con el encargo de rehabilitar el conjunto sin modificar su volumetría, nos encontramos con dos edificios que deben funcionar como uno solo, a pesar de las fuertes restricciones geométricas iniciales.

Lacol desarrollamos el diseño del edificio, la dirección de obra y la figura de Gestión de obra. Este último equipo se ha encargado de hacer el seguimiento del proceso de construcción desde la concepción del proyecto con arquitectos y promotora. Desde el inicio se han cuantificado las prestaciones espaciales, energéticas y constructivas que ofrecía un edificio preexistente complejo, para optimizar los costes de ejecución conjuntamente con el resto del equipo técnico. Al ser una cooperativa de pequeña dimensión, se realiza un acompañamiento a la promotora especialmente cercano en la gestión de los diferentes escenarios económicos y administrativos que comporta la construcción del edificio, así como un traspaso mensual de todo el estado de la obra.

El proyecto pone el foco en el núcleo de comunicaciones que consigue mantener y conectar los forjados de los dos edificios que se encuentran a más de 1,2 metros de diferencia de altura y así minimizar los derribos. Colocado en el centro del inmueble y acompañado de patios a ambos lados, el núcleo configura un espacio vertical que recuerda a las dimensiones de los edificios de vivienda del Eixample y permite introducir estrategias bioclimáticas para reducir los consumos y aumentar el confort a partir de una cubierta superior de vidrio.

Las unidades residenciales resultantes tienen unas dimensiones que oscilan entre los 49 metros cuadrados y los 67 con uno y dos dormitorios respectivamente, a las que se suman casi 500 metros cuadrados entre espacios comunes, comunitarios interiores, terrazas y patio. El resultado es una promoción pequeña, de solo 6 viviendas, donde la vida comunitaria se pone en el centro y disfruta de una diversidad de espacios que recuerdan a una casa grande con una gran cocina-comedor y sala polivalente en la planta baja, un patio interior de manzana y una cubierta accesible donde las tareas diarias y las actividades de ocio pueden convivir ampliamente.

La orientación de la parcela y sus entornos plantean unas condiciones energéticas iniciales, a priori poco óptimas: una gran obstrucción al sol del sur que evita la aportación térmica necesaria en invierno, aunque, por otro lado, representa una buena protección solar en verano. Así, la estrategia del proyecto consiste en evitar las pérdidas y aumentar al máximo la inercia interior. Previendo escenarios futuros de veranos largos y extremos, se plantea el atrio como un gran elemento disipador y estimulador de la ventilación de todos los rincones del edificio. Mientras que en invierno, con pocas horas de captación, el invernadero que cubre el atrio juega un papel importante al convertir las circulaciones en espacios semiexteriores donde poder vivir y reducir las exigencias térmicas de los cerramientos interiores.