Proyecto ganador del concurso «Innovative Grundrisse competition» en Hamburgo diseñado en colaboración con Membrive Architecktur. El objetivo del concurso era generar reflexiones e ideas que puedan orientar las maneras de hacer vivienda social en la ciudad. Memoria del proyecto:
Infraestructura comunitaria / Aprendizaje para compartir: La calle y el espacio público han sido siempre un lugar de encuentro, interacción, comunidad y conflicto. Un lugar donde se conectan muchas de las funciones y actores de la ciudad. Este estado híbrido e intensivo está en riesgo debido a los cambios en los modelos de producción y consumo, o a la categorización y redistribución de las actividades en los espacios urbanos. Este proceso se ve acelerado por la digitalización y la virtualidad, ya que estos fenómenos tienen un gran impacto en los patrones de relación, trabajo y movilidad. Esta dinámica no se ajusta al concepto de espacio de vida colectivo, que es de gran importancia para una ciudad.
Paralelamente a estos fenómenos, se han producido cambios sociales y demográficos, que se reflejan en el programa del concurso e inciden directamente en el sentido del hogar y en los rituales que allí se desarrollan. La deconstrucción del concepto de familia tradicional (mononuclear y heteropatriarcal) ha abierto la puerta a diferentes formas de convivencia, acompañadas de una reducción en la composición de estas unidades. Además, hay un envejecimiento general de la sociedad. Vivimos más tiempo y, al mismo tiempo, cada vez más solos y aislados. Para contrarrestar este desarrollo, es necesario un cambio de paradigma centrado en el cuidado formal e informal.
La experiencia de las asociaciones de vivienda y de otras iniciativas colectivas que experimentan con las relaciones y las formas de convivencia demuestra que la vida colectiva puede contribuir significativamente al fortalecimiento de las comunidades. Nuestra propuesta es un sistema abierto que cambia la monofuncionalidad típica de los edificios residenciales. El edificio ayuda a romper con la individualización y la atomización suavizando los límites del espacio privado y creando espacios ambiguos y oportunidades de encuentro que permiten generar confianza y vínculos. Un edificio donde aprendemos a compartir, espacios de negociación, abiertos al intercambio y al encuentro. Una infraestructura compartida para una vida social y ecológicamente sostenible.
Estructura básica: Una matriz con una geometría muy clara, neutra y no jerárquica, que facilita la reproducibilidad en otros contextos. El esquema geométrico relativo a la esquina resulta de la modulación en ambas direcciones del volumen. Los espacios de distribución se sitúan en los puntos de intersección de los ejes, que actúan como bisagra y articulan los espacios. La bisagra se integra en una espina central, que también incluye las habitaciones húmedas, los ascensores y los conductos de servicios del edificio. Esta espina central se reduce a las dimensiones básicas necesarias para poder diseñar generosamente las estancias principales.
Estructura y continuidad espacial: A partir de la modulación inicial de los espacios, se establece una relación diagonal entre ellos. Esto tiene en cuenta la orientación del edificio y la tipología de la esquina, y refuerza la relación entre la calle y el patio. Estas relaciones espaciales dan lugar a un esquema en el que el programa se organiza según el patrón “completo/docente” y “privado/comunitario”. Diferenciamos entre celdas individuales de habitación (espacios íntimos) y espacios compartidos de interacción. Las habitaciones compartidas pueden ser la sala de estar dentro de un apartamento, la sala de estar dentro de un grupo o la sala común para toda la planta.
Transición entre espacio público, comunitario, compartido y privado: Recuperar el carácter comunitario del espacio público y ampliarlo al interior del edificio para crear espacios de interacción. Los espacios de acceso, comunitarios y de trabajo se conectan de forma lúdica para formar una continuidad. Esto crea una transición fluida entre los espacios privados y públicos. Para proporcionar una variedad de áreas comunes, las unidades de habitaciones privadas se limitan a unidades funcionales pequeñas. Los pisos se conectan no solo por la escalera principal, sino también por la conexión de las salas comunes en una ruta alternativa. La planta baja con espacio habitable permite el uso de la sala común por todo el edificio.
Circuitos internos: El sistema se basa en dos escaleras y un amplio vestíbulo. Este forma parte del recorrido comunitario por el edificio. Las escaleras individuales adicionales favorecen la conexión entre los espacios comunes. Las diferentes opciones de recorrido a través del edificio permiten un uso más privado o comunitario del mismo, según las necesidades de la comunidad. La circulación no afecta a la intimidad de las habitaciones.
Espacios productivos: Los espacios productivos y domésticos se integran en el continuo espacial del edificio. Además de trabajar en salas privadas, también se promueve el principio de coworking. Además del trabajo de escritorio, también se ofrecen espacios de trabajo en talleres. Los talleres individuales o comunitarios de la planta baja permiten activar el espacio público y hacer más permeable la planta baja hacia la calle. El comedor se convierte en un punto de encuentro entre el taller y el coworking.
Habitar. Un mismo esquema, múltiples tipologías para las necesidades cambiantes de vivienda: Las tipologías de vivienda básica y «clúster» se basan en un mismo esquema, que permite su combinación y transformación. La estructura básica permite una continuidad, con relación norte-sur, este-oeste o noroeste (apartamento en esquina). Las unidades residenciales están formadas por diversas celdas, dando lugar a tipologías de distintos tamaños y un número diferente de residentes en diferentes etapas de la vida. La estructura consta de pequeñas unidades de 10, 12 o 15 m². Las dimensiones eficientes permiten una gran flexibilidad y versatilidad. Varias salas conectadas, en lugar de una sala grande, permiten que se produzcan situaciones que puedan suceder en un clúster simultáneamente. La escala de los espacios, desde el dormitorio hasta la sala común de la planta baja, se adapta a las prácticas colectivas y a la domesticidad múltiple.
Construcción: La parte infraestructural, formada por las escaleras y la franja central, es diferente de las divisiones transversales de habitaciones (marco + relleno). Los sistemas de autoensamblaje son concebibles para estas divisiones. Esto daría al usuario el control y la posibilidad de realizar ajustes a lo largo del tiempo. Las pequeñas luces permiten optimizar la construcción. Este hecho haría concebible una estructura de madera.
Sostenibilidad: La vida continua propuesta garantiza la luz solar para cada apartamento y promueve la ventilación cruzada (cada vez más necesaria en un futuro escenario de cambio climático). Reducir las necesidades energéticas disminuyendo la superficie climatizada por persona. El hecho de que haya zonas comunes en toda la casa con diferentes orientaciones ofrece una variedad de situaciones a lo largo del año. Espacios comunes como refugios climáticos (espacios de uso más intensivo que permiten optimizar las zonas a calentar o enfriar).